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El Milenio de la Esperanza

El Milenio de la Esperanza Por Agus

Desde hace tres siglos los cristianos se han desentendido del mundo de la cultura y el espectáculo, dejándolo mayoritariamente en manos de los enemigos de la religión en general y del mensaje de Cristo en particular. Este culpable abandono se deba seguramente a cierto miedo a la libertad de pensamiento, al peligro de pensar más de la cuenta.

Desde el Concilio Vaticano II dicho enfoque se ha visto espectacularmente alterado. Estamos en los comienzos de una nueva etapa histórica en la que el cristianismo ha de renovar las estructuras humanas, en las que el arte y la cultura tienen un papel preminente, aunque todavía haya mucho necio que piense que lo que mueve el mundo es el dinero (mucho hombre de bien, por otra parte, qué pena). La Providencia ha querido que esta nueva era cristiana comience bajo la mano de un artistazo de la talla de Juan Pablo II, que no cesa de llamarnos a una nueva evangelización en todos los campos y que nos ha abierto las puertas de la Historia, mostrándonos un panorama optimista, poniéndonos de cara ante nuestra responsabilidad de convertir los próximos mil años en el milenio de la Esperanza.

Basta ya del pragmatismo asfixiante de aquellos que cortan las alas a los que sueñan con dedicarse al arte, a la cultura, al espectáculo. Tú, joven (o viejo) soñador, despliega esas alas y ponte a volar. El mundo de hoy no lo van a cambiar los apoltronados, por mucho dinero que tengan en el bolsillo, ni los utilitaristas, por muy cómodos que parezcan vivir. Hacen falta verdaderos intelectuales cultivados, profesionales, alegres (la sonrisa en la boca, ¡siempre!), con una profunda formación doctrinal, con una intensa vida de piedad, con mucha, mucha personalidad, que vayan llenando los areópagos modernos y con su ejemplo y su trabajo empapen la cultura y el arte de verdad y de ética. ¿Cuándo tendremos una horda de directores de cine, pintores, presentadores de televisión, directores de periódico, literatos, actores, guionistas, etc., cuyo trabajo y cuya vida sean una luz para este mundo apagado, que está demasiado cocido en la propia salsa del postmodernismo y busca nuevos horizontes?

¿Cuándo? Eso depende de ti y de mí.

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