Blogia
Contando estrellas

poemas

A mi manera

Por VGA (Lalolailo)

Hermosa, es bella a mi manera
Y cuanto más la miro, aún más bella.
De mirarla la hice hermosa
De mirarla a mi manera
Que no hay mirada más bella,
Más dulce, azúcar morena
Que buscar el fondo del alma
Y contemplar lo que alberga.

Y mirando desde dentro
En el centro hallé una rosa,
La flor más dulce, mas tierna
Que unos ojos jamás vieran.
Mas no fue por estar oculta
Que no alcanzaran a verla,
No cruzaron el umbral del alma
Y su mirada quedó ciega.

Y mirando a mi manera,
Derribando las barreras
Descubrí la alegría excelsa
Que torna la mirada tierna,
La que no sabe de edades
De arrugas, ni vanidades,
Y engalana el alma desnuda
De la más sublime belleza.

Mirando a mi manera,
Buscando la rosa bella
Todo parece distinto
A como antes lo viera,
Mas estando ahí la rosa,
Siempre bella, siempre hermosa,
No la verás desde fuera.

Concierto

Por Dalva

Las estrellas dan conciertos
Con melodías de galaxias.

Las olas cantan
Canciones saladas

Las hojas susurran
Sinfonías ancestrales.

El viento silba una canción
De sorpresa o bienvenida

Las gotas de lluvia,
Sobre el asfalto,
Marcan el ritmo del tiempo.

…si quisieras,
pondría mi corazón
muy cerca del tuyo;
Y así, acompasados,
canten la misma canción.

Tu mirada

Por Dalva

El mar y las estrellas esponjan el alma
Pero nada hay tan amable como tu mirada.

Tu mirada desprende luz blanca
Que puede iluminar la noche más oscura.
Da tanto calor
Que puede derretir la más fría
De las soledades.

Es tan acogedora,
Que siempre apetece volver.

Tu mirada tiene los brazos abiertos
Porque no se cansa de esperar.
Es como un nido del que
es imposible macharse.

Sonríe porque sabe querer
Es tan limpia
Que puede iluminar mi vida.

Tu mirada es un río tranquilo.
Le robaría el cauce a ese río
Para que me inundase.

Tu mirada es tan amable,
Que pasaría la vida
Contemplándote.

Amigo

Amigo Por Agus

A Nayo, con palabras
que me saben a poco



Hoy te he vuelto a descubrir,
amigo, hermano.
Me resumes en un sí
tras tu consejo,
tu cariño a dos manos,
tras tu sonrisa de oídos atentos
y tus ojos de caricia.
Tras tu silencio.

No me has dicho nada nuevo,
mas lo has escrito
con cálido y manso acento
en mi conciencia
de convulsión y grito,
íntimo sagrario. Me has hecho esencia.
Apenas lo has susurrado.
Palabra eterna.

Madre

Madre Por Agus

El espíritu del bosque o el calor de un ala,
la candidez de una caricia
donde la herida escuece.
Todo eso eres.
Y la criatura elevada al mito.
Cuando mueras escribiré
la bella historia de tu epopeya vital.
Tenías todo para ser la mujer perfecta,
el amor entero.
El martirio de una santa
que se desentraña por sus hijos
día a día.
Lo tenías todo y te hiciste eterna. Madre.

Primeros versos

Primeros versos Por Agus

He dejado atrás el incierto futuro
---
Si no fuese porque es inútil
sólo diría "te quiero".
---
Tiene la poesía que es inútil
buscar la inspiración
cuando la Musa (o el talento
o qué secreta gracia)
se empeña en cercenar
del alma la expresión.
---
Dime de qué te quejas
y besaré tu herida.

Tiñen de rojo las aceras

Tiñen de rojo las aceras Por Elentir

Tiñen de rojo las aceras
las hojas marchitas de estos días
en que la lluvia retorna de su reposo.
Los helechos a mi alrededor
se encojen, bajan la cabeza,
caen y mueren. Su vida
da vida a los que vendrán
cuando allá arriba,
en la noche, vuelva a ver las estrellas.

Ya no siento el calor
de ayer, el viento de la Ría
trae consigo los fríos de otras costas.
El tiempo se recoge. Invernía.
Saldrá la escarcha, el agua se hará hielo
y el suave color que viste el cielo
se desborrará en grises escamas.
Y sin embargo la belleza de las cosas
permanece.

El amanecer conserva intacta su hermosura
y las fantasías vuelven a volar
cuando anochece.
Sobre las nubes siguen las constelaciones
y la melancólica palidez de nuestra Luna.
Al quieto paso que andan los días
viajarán semanas, meses y estaciones,
y todo volverá a ser
sin que nadie pregunte nada,
sin que muchos se detengan a pensar
¿por qué?

Declaración de intenciones

Declaración de intenciones Por Agus

¡amor tan mío!
---------------------
¡cuán tú soy yo conmigo(...)!
Carmen Conde



A ti regreso de nuevo, otra vez,
en un embeleso sin sentimiento
pasional, ni ardores de fuego lento.
Me empuja la necesidad, la sed,

quizá la serena costumbre de
insuflar mis latidos de tu aliento,
de tu entrega inflamada en alimento,
deshidratado en el ansia de fe

¿Adónde iré? ¿Qué ramas de qué árbol
sino las que sombrean tu regazo,
ramas robustas de flores y espinas?

En ti soy yo. Sin ti, bloque de mármol.
Aunque mi carne se aderece en lazos
y me pierda del mundo en las esquinas.